1. Al maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo de David

1. Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David.

2. Señor, no me castigues cuando estés airado, no me reprendas cuando estés enfurecido;

2. Yahveh, no me corrijas en tu cólera, en tu furor no me castigues.

3. ten compasión de mí, Señor; sáname, que mis huesos se dislocan.

3. Tenme piedad, Yahveh, que estoy sin fuerzas, sáname, Yahveh, que mis huesos están desmoronados,

4. Yo estoy totalmente deshecho; y tú, Señor, ¿hasta cuándo?

4. desmoronada totalmente mi alma, y tú, Yahveh, ¿hasta cuándo?

5. Ven, Señor, y sálvame la vida, sálvame, por tu misericordia,

5. Vuélvete, Yahveh, recobra mi alma, sálvame, por tu amor.

6. que entre los muertos no hay recuerdo de ti, en el abismo, ¿quién te puede alabar?

6. Porque, en la muerte, nadie de ti se acuerda; en el seol, ¿quién te puede alabar?

7. Estoy ya consumido de tanto sufrimiento; cada noche empapo yo mi almohada, inundo de lágrimas mi lecho.

7. Estoy extenuado de gemir, baño mi lecho cada noche, inundo de lágrimas mi cama;

8. Mis ojos se consumen de dolor, se agotan entre tantos opresores.

8. mi ojo está corroído por el tedio, ha envejecido entre opresores.

9. Lejos de mí, vosotros, agentes de maldad, pues el Señor escucha el grito de mi llanto;

9. Apartaos de mí todos los malvados, pues Yahveh ha oído la voz de mis sollozos.

10. el Señor atiende mi súplica, el Señor acoge mi oración.

10. Yahveh ha oído mi súplica, Yahveh acoge mi oración.

11. Queden mis enemigos confusos, aterrados, y huyan al instante avergonzados.

11. ¡Todos mis enemigos, confusos, aterrados, retrocedan, súbitamente confundidos!





“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina