1. Al maestro de coro. Para la enfermedad. Maskil de David

1. Del maestro de coro. Para la enfermedad. Poema. De David.

2. El insensato dice en su corazón: "Dios no existe". Todos se han pervertido, todos obran mal, no hay quien obre bien.

2. Dice en su corazón el insensato: «¡No hay Dios!» Corrompidos están, de conducta abominable, no hay quien haga el bien.

3. El Señor observa desde el cielo a los hombres, para ver si hay alguno cuerdo que busque a Dios.

3. Se asoma Dios desde los cielos hacia los hijos de Adán, por ver si hay un sensato, alguien que busque a Dios.

4. Todos están descarriados, en masa pervertidos, no hay nadie que obre bien, ni uno solo.

4. Todos ellos están descarriados, en masa pervertidos. No hay quien haga el bien, ni uno siquiera.

5. ¿No aprenderán los malvados que devoran a mi pueblo como pan y no invocan el nombre del Señor?

5. ¿No aprenderán todos los agentes de mal que comen a mi pueblo como se come el pan, y no invocan a Dios?

6. Pues tendrán que temblar de espanto, porque Dios dispersa las fuerzas del agresor, y serán derrotados porque Dios los rechaza.

6. Allí de espanto temblarán, donde nada hay que espante. Pues Dios dispersa los huesos de tu sitiador, se les ultraja porque Dios los rechaza.

7. ¡Ojalá venga de Sión la victoria de Israel! Cuando el Señor reúna a los cautivos de su pueblo, exultará Jacob, se alegrará Israel.

7. ¿Quién traerá de Sión la salvación de Israel? ¡Cuando Dios cambie la suerte de su pueblo, exultará Jacob, se alegrará Israel!





“Mesmo a menor transgressão às leis de Deus será levada em conta.” São Padre Pio de Pietrelcina