1. Al maestro de coro. De David

1. Del maestro de coro. Salmo. De David.

2. ¿Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándome?, ¿hasta cuándo me esconderás tu rostro?

2. ¿Hasta cuándo, Yahveh, me olvidarás? ¿Por siempre? ¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?

3. ¿Hasta cuándo tendré desazón en mi alma, y en mi corazón tristeza día y noche? ¿Hasta cuándo va a triunfar mi enemigo sobre mí?

3. ¿Hasta cuándo tendré congojas en mi alma, en mi corazón angustia, día y noche? ¿Hasta cuándo triunfará sobre mí mi enemigo?

4. Mira y escúchame, Señor, Dios mío; ilumina mis ojos, no me duerma en la muerte,

4. ¡Mira, respóndeme, Yahveh, Dios mío! ¡Ilumina mis ojos, no me duerma en la muerte,

5. para que no diga mi enemigo: "Le he vencido", ni gocen mis opresores al verme ya caído.

5. no diga mi enemigo: «¡Le he podido!», no exulten mis adversarios al verme vacilar!

6. Yo confío en tu amor, mi corazón se alegra por tu liberación y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.

6. Que yo en tu amor confío; en tu salvación mi corazón exulte. ¡A Yahveh cantaré por el bien que me ha hecho Samodiaré al nombre de Yahveh, el Altísimo!





“Os corações fortes e generosos não se lamentam, a não ser por grandes motivos e,ainda assim,não permitem que tais motivos penetrem fundo no seu íntimo.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina