1. Salmo de David El Señor es mi pastor, nada me falta:

1. Salmo. De David. Yahveh es mi pastor, nada me falta.

2. en verdes praderas me hace reposar, me conduce hacia las aguas del remanso

2. Por prados de fresca hierba me apacienta. Hacia las aguas de reposo me conduce,

3. y conforta mi alma; me guía por los senderos de justicia, por amor a su nombre;

3. y conforta mi alma; me guía por senderos de justicia, en gracia de su nombre.

4. aunque vaya por un valle tenebroso, no tengo miedo a nada, porque tú estás conmigo, tu voz y tu cayado me sostienen.

4. Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan.

5. Me preparas una mesa ante mis enemigos, perfumas con ungüento mi cabeza y me llenas la copa a rebosar.

5. Tú preparas ante mí una mesa frente a mis adversarios; unges con óleo mi cabeza, rebosante está mi copa.

6. Lealtad y dicha me acompañan todos los días de mi vida; habitaré en la casa del Señor por siempre jamás.

6. Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la casa de Yahveh a lo largo de los días.





“Viva feliz. Sirva ao Senhor alegremente e com o espírito despreocupado.” São Padre Pio de Pietrelcina