1. Hazme justicia, oh Dios, y defiende mi causa contra esta mala gente, líbrame del hombre falso y criminal.

1. Hazme justicia, oh Dios, y mi causa defiende contra esta gente sin amor; del hombre falso y fraudulento, líbrame.

2. Pues tú eres, oh Dios, mi fortaleza, ¿por qué me has rechazado?, ¿por qué he de andar yo triste, bajo la opresión de mi enemigo?

2. Tú el Dios de mi refugio: ¿por qué me has rechazado?, ¿por qué he de andar sombrío por la opresión del enemigo?

3. Envía tu luz y tu verdad; ellas me guiarán, me conducirán a tu montaña santa, a tus moradas.

3. Envía tu luz y tu verdad, ellas me guíen, y me conduzcan a tu monte santo, donde tus Moradas.

4. Yo llegaré hasta el altar de Dios, del Dios que es mi gozo y mi alegría; te alabaré al son de la cítara, Señor, Dios mío.

4. Y llegaré al altar de Dios, al Dios de mi alegría. Y exultaré, te alabaré a la cítara, oh Dios, Dios mío.

5. ¿Por qué te afliges, alma mía, por qué te quejas? Espera en Dios, que aún he de alabarlo, salud de mi rostro, Dios mío.

5. ¿Por qué, alma mía, desfalleces y te agitas por mí? Espera en Dios: aún le alabaré, ¡salvación de mi rostro y mi Dios!





“Diante de Deus ajoelhe-se sempre.” São Padre Pio de Pietrelcina