1. El Señor es rey de majestad vestido: el Señor se ha vestido, se ha ceñido de poder. Tú afirmaste el mundo y no se moverá;

1. Reina Yahveh, de majestad vestido, Yahveh vestido, ceñido de poder, y el orbe está seguro, no vacila.

2. desde el principio tu trono está bien firme, desde siempre existes tú.

2. Desde el principio tu trono esta fijado, desde siempre existes tú.

3. Los ríos levantan, Señor, los ríos levantan su clamor, los ríos levantan su fragor.

3. Levantan los ríos, Yahveh, levantan los ríos su voz, los ríos levantan su bramido;

4. Más que el bramido de grandes oleadas, más potente que las olas del mar, es potente el Señor en sus alturas.

4. más que la voz de muchas aguas más imponente que las ondas del mar, es imponente Yahveh en las alturas.

5. Tus órdenes son firmes, oh Señor, la santidad es el patrimonio eterno de tu casa.

5. Son veraces del todo tus dictámenes; la santidad es el ornato de tu Casa, oh Yahveh, por el curso de los días.





“Apóie-se, como faz Nossa Senhora, à cruz de Jesus e nunca lhe faltará conforto”. São Padre Pio de Pietrelcina