1. ¡Reina el Señor, revestido de majestad! El Señor se ha revestido, se ha ceñido de poder. El mundo está firmemente establecido: ¡no se moverá jamás!

2. Tu trono está firme desde siempre, tú existes desde la eternidad.

3. Los ríos hacen resonar sus voces, Señor, los ríos hacen resonar su fragor.

4. Pero más fuerte que las aguas impetuosas, más fuerte que el oleaje del mar, es el Señor en las alturas.

5. Tus testimonios, Señor, son dignos de fe, la santidad embellece tu Casa a lo largo de los tiempos.





“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina