1. Dígnate, oh Dios, librarme; apresúrate, Señor, en socorrerme.

1. Del maestro de coro. De David. En memoria.

2. Queden avergonzados y humillados los que buscan mi muerte. Que retrocedan, confundidos, los que se alegran con mi desgracia.

2. ¡Oh Dios, ven a librarme, Yahveh, corre en mi ayuda!

3. Que se escondan de vergüenza los que dicen: "¡Esta vez lo pillamos!"

3. ¡Queden avergonzados y confusos los que buscan mi vida! ¡Atrás!, sean confundidos los que desean mi mal,

4. Pero que en ti se alegren y regocijen todos los que te buscan; y los que esperan tu salvación repetirán: "¡El Señor ha sido grande!"

4. retrocedan de vergüenza los que dicen: ¡Ja, ja!

5. ¡Tú ves cuán pobre soy y desdichado! oh Dios, ven pronto a verme. ¡Tú eres mi socorro, mi liberador, Señor, no tardes más!

5. ¡En ti se gocen y se alegren todos los que te buscan! ¡Repitan sin cesar: «Grande es Dios», los que aman tu salvación!

6.

6. ¡Y yo, desventurado y pobre, oh Dios, ven presto a mí! ¡Tú, mi socorro y mi libertador, Yahveh, no tardes!





“O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina