1. Señor, escucha mi oración, atiende a mis plegarias, respóndeme tú que eres fiel y justo.

1. Salmo. De David. Yahveh, escucha mi oración, presta oído a mis súplicas, por tu lealtad respóndeme, por tu justicia;

2. No llames a juicio a tu siervo pues no hay quien sea justo en tu presencia.

2. no entres en juicio con tu siervo, pues no es justo ante ti ningún viviente.

3. El enemigo corre tras mi vida, me aplasta contra el suelo, y me manda de vuelta a las tinieblas junto a los muertos sin edad ni tiempo.

3. Persigue mi alma el enemigo, mi vida estrella contra el suelo; me hace morar en las tinieblas, como los que han muerto para siempre;

4. Mi espíritu en mí desfallece, mi corazón se asusta en mi interior.

4. se apaga en mí el aliento, mi corazón dentro de mí enmudece.

5. Me acuerdo de los días de otro tiempo, medito en todas tus acciones, en la obra de tus manos reflexiono.

5. Me acuerdo de los días de antaño, medito en todas tus acciones, pondero las obras de tus manos;

6. Alargo a ti mis manos, mi alma es una tierra sedienta de ti.

6. hacia ti mis manos tiendo, mi alma es como una tierra que tiene sed de ti.

7. Apresúrate, Señor, en responderme, porque me estoy quedando sin resuello, no me escondas tu cara, que no sea de los que bajan a la fosa.

7. ¡Oh, pronto, respóndeme, Yahveh, el aliento me falta; no escondas lejos de mí tu rostro, pues sería yo como los que bajan a la fosa!

8. Hazme sentir tu amor desde la mañana, pues en ti yo confío; haz que sepa el camino que he de seguir, pues levanto a ti mi alma.

8. Haz que sienta tu amor a la mañana, porque confío en ti; hazme saber el camino a seguir, porque hacia ti levanto mi alma.

9. Líbrame, Señor, de mis enemigos, pues me escondí cerca de ti.

9. Líbrame de mis enemigos, Yahveh en ti me refugio;

10. Enséñame a que haga tu voluntad ya que tú eres mi Dios; que tu buen espíritu me guíe por un terreno plano.

10. enséñame a cumplir tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu espíritu que es bueno me guíe por una tierra llana.

11. Por el honor de tu nombre, Señor, haz que yo viva, tú que eres justo, sácame del aprieto.

11. Por tu nombre, Yahveh, dame la vida, por tu justicia saca mi alma de la angustia;

12. Por tu amor aniquila a mis contrarios, y destruye a mis opresores, pues yo soy tu servidor.

12. por tu amor aniquila a mis enemigos, pierde a todos los que oprimen mi alma, porque yo soy tu servidor.





“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina