1. Señor, tu fuerza regocija al rey: ¡cómo se alegra si tú lo haces triunfar!

1. Del maestro de coro. Salmo. De David.

2. Le has cumplido sus más caros deseos, no le has negado lo que te pedía.

2. Yahveh, en tu fuerza se regocija el rey; ¡oh, y cómo le colma tu salvación de júbilo!

3. Tú le presentas buenas bendiciones, con oro fino coronas su cabeza.

3. Tú le has otorgado el deseo de su corazón, no has rechazado el anhelo de sus labios.

4. La vida que te pidió, tú se la diste: largos días, muchos y muchos años.

4. Pues le precedes de venturosas bendiciones, has puesto en su cabeza corona de oro fino;

5. Debido a tu favor, será muy famoso, derramas sobre él honor y majestad.

5. vida te pidió y se la otorgaste, largo curso de días para siempre jamás.

6. Has puesto sobre él bendiciones eternas, tú lo haces feliz con tu presencia.

6. Gran gloria le da tu salvación, le circundas de esplendor y majestad;

7. El rey confía en el Señor, el favor del Altísimo lo hace inquebrantable.

7. bendiciones haces de él por siempre, le llenas de alegría delante de tu rostro.

8. Tu mano encontrará a tus adversarios, tu diestra encontrará a los que te odian;

8. Sí, en Yahveh confía el rey, y por gracia del Altísimo no ha de vacilar.

9. los dejarás, en cuanto te presentes, como si estuvieran en un horno. El Señor, en su ira, se los engullirá y un fuego los devorará.

9. Tu mano alcanzará a todos tus enemigos, tu diestra llegará a los que te odian;

10. Arrancarás de la tierra sus frutos y su semilla de entre los hombres.

10. harás de ellos como un horno de fuego, el día de tu rostro; Yahveh los tragará en su cólera, y el fuego los devorará;

11. Si contra ti traman algún mal, o meditan un plan, no se la podrán.

11. harás perecer su fruto de la tierra, y su semilla de entre los hijos de Adán.

12. Pues tú harás que te den vuelta la espalda y contra ellos dispararás tus flechas.

12. Aunque ellos intenten daño contra ti, aunque tramen un plan, nada podrán.

13. ¡Señor, levántate, muestra tu poder y cantaremos con salmos tus proezas!

13. Que tú les harás volver la espalda, ajustarás tu arco contra ellos.

14.

14. ¡Levántate, Yahveh, con tu poder, y cantaremos, salmodiaremos a tu poderío!





O maldito “eu” o mantém apegado à Terra e o impede de voar para Jesus. São Padre Pio de Pietrelcina