0. ¡Den gracias al Señor porque él es bueno, porque es eterna su misericordia!

0. ¡Aleluya!

1. Que lo digan los que el Señor rescató, que rescató de manos del adversario,

1. Dad gracias a Yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor.

2. que reunió de todos los países del oriente y poniente, del norte y del sur.

2. Que lo digan los redimidos de Yahveh, los que él ha redimido del poder del adversario,

3. Erraban por el desierto, por la estepa, sin hallar el camino de una ciudad poblada.

3. los que ha reunido de entre los países, de oriente y de poniente, del norte y mediodía.

4. Tenían hambre, pero más tenían sed, su alma en ellos ya desfallecía.

4. En el desierto erraban, por la estepa, no encontraban camino de ciudad habitada;

5. Pero al Señor clamaron en su angustia y él los libró de su aflicción,

5. hambrientos, y sedientos, desfallecía en ellos su alma.

6. los encaminó por una ruta recta para que llegaran a una ciudad poblada.

6. Y hacia Yahveh gritaron en su apuro, y él los libró de sus angustias,

7. Den gracias al Señor por su bondad, sus maravillas con los hijos de los hombres.

7. les condujo por camino recto, hasta llegar a ciudad habitada.

8. Dio de beber a la garganta seca y los hambrientos los colmó de bienes.

8. ¡Den gracias a Yahveh por su amor, por sus prodigios con los hijos de Adán!

9. Habitaban en la sombra y en tinieblas, atenazados por la miseria y los hierros,

9. Porque él sació el alma anhelante, el alma hambrienta saturó de bienes.

10. por no haber escuchado las palabras de Dios y despreciado los consejos del Altísimo.

10. Habitantes de tiniebla y sombra, cautivos de la miseria y de los hierros,

11. En la pena El sumió su corazón, sucumbían y nadie los socorría.

11. por haber sido rebeldes a las órdenes de Dios y haber despreciado el consejo del Altísimo,

12. En su angustia clamaron al Señor: y él los liberó de su aflicción,

12. él sometió su corazón a la fatiga, sucumbían, y no había quien socorriera.

13. los sacó de la sombra, de las tinieblas y rompió sus cadenas.

13. Y hacia Yahveh gritaron en su apuro, y él los salvó de sus angustias,

14. ¡Den gracias al Señor por su bondad, sus maravillas con los hijos de los hombres!

14. los sacó de la tiniebla y de la sombra, y rompió sus cadenas.

15. Pues él rompió las puertas de bronce y destrozó los cerrojos de fierro.

15. ¡Den gracias a Yahveh por su amor, por sus prodigios con los hijos de Adán!

16. Vueltos locos en su mal camino, y desdichados a causa de sus faltas,

16. Pues las puertas de bronce quebrantó, y los barrotes de hierro hizo pedazos.

17. sentían asco de cualquier alimento y estaban a las puertas de la muerte.

17. Embotados de resultas de sus yerros, miserables a causa de sus culpas,

18. Pero en su angustia clamaron al Señor y él los liberó de su aflicción.

18. todo manjar les daba náusea, tocaban ya a las puertas de la muerte.

19. Les envió a su palabra, los sanó y salvó sus vidas de la tumba.

19. Y hacia Yahveh gritaron en su apuro, y él los salvó de sus angustias;

20. ¡Den gracias al Señor por su bondad, sus maravillas con los hijos de los hombres!

20. su palabra envió para sanarlos y arrancar sus vidas de la fosa.

21. Ofrezcan sacrificios de acción de gracias, cuenten sus obras con cánticos de júbilo.

21. ¡Den gracias a Yahveh por su amor, por sus prodigios con los hijos de Adán!

22. Los que bajan al mar en sus navíos y negocian entre las grandes aguas,

22. Ofrezcan sacrificios de acción de gracias, y sus obras pregonen con gritos de alegría.

23. estos han visto las obras del Señor, sus maravillas en las profundidades.

23. Los que a la mar se hicieron en sus naves, llevando su negocio por las muchas aguas,

24. A su orden surgió un viento huracanado, que levantaba las olas;

24. vieron las obras de Yahveh, sus maravillas en el piélago.

25. subían a los cielos, bajaban a los abismos, su alma se consumía en el mareo;

25. Dijo, y suscitó un viento de borrasca, que entumeció las olas;

26. por el vértigo, titubeaban como un ebrio, toda su pericia había sido tragada.

26. subiendo hasta los cielos, bajando hasta el abismo, bajo el peso del mal su alma se hundía;

27. Pero al Señor clamaron en su angustia y él los hizo salir de su aflicción.

27. dando vuelcos, vacilando como un ebrio, tragada estaba toda su pericia.

28. Hizo que amainara la tormenta y las olas del mar enmudecieron.

28. Y hacia Yahveh gritaron en su apuro, y él los sacó de sus angustias;

29. Se alegraron al ver calmado todo, y los llevó al puerto deseado.

29. a silencio redujo la borrasca, y las olas callaron.

30. ¡Den gracias al Señor por su bondad, sus maravillas con los hijos de los hombres!

30. Se alegraron de verlas amansarse, y él los llevó hasta el puerto deseado.

31. Que lo exalten en la asamblea del pueblo y lo alaben en el consejo de ancianos.

31. ¡Den gracias a Yahveh por su amor, por sus prodigios con los hijos de Adán!

32. El convierte los ríos en desierto y en tierra seca las vertientes de agua;

32. ¡Ensálcenle en la asamblea del pueblo, en el concejo de los ancianos le celebren!

33. la tierra fértil se cubre de sal debido a la maldad de sus habitantes.

33. El cambia los ríos en desierto, y en suelo de sed los manantiales,

34. Pero cambia el desierto en napa de agua y la tierra árida en fuente de agua;

34. la tierra fértil en salinas, por la malicia de sus habitantes.

35. allí hace que habiten los hambrientos y funden una ciudad habitable.

35. Y él cambia el desierto en un estanque, y la árida tierra en manantial.

36. Siembran sus campos y plantan viñedos, recolectan sus frutos.

36. Allí asienta a los hambrientos, y ellos fundan una ciudad habitada.

37. Los bendice, se multiplican mucho, y su ganado no se les reduce.

37. Y siembran campos, plantan viñas, que producen sus frutos de cosecha.

38. Luego disminuyeron y se vieron abatidos bajo el peso de males y desgracias,

38. El los bendice y crecen mucho y no deja que mengüen sus ganados.

39. pero él, que derrama el desprecio sobre los grandes y los hace errar en un desierto sin caminos,

39. Menguados estaban, y abatidos por la tenaza del mal y la aflicción.

40. levanta al pobre de su miseria y multiplica las familias como el rebaño.

40. El que vierte desprecio sobre príncipes, los hacía errar por caos sin camino.

41. Los hombres rectos véanlo y alégrense, pero todo lo que es vil cierre la boca.

41. Mas él recobra de la miseria al pobre, aumenta como un rebaño las familias;

42. ¡El que sea sabio, que medite estas cosas y reconozca las bondades del Señor!

42. los hombres rectos lo ven y se recrean, y toda iniquidad cierra su boca.

43.

43. ¿Hay algún sabio? ¡Que garde estas cosas, y comprenda el amor de Yahveh!





“Apóie-se, como faz Nossa Senhora, à cruz de Jesus e nunca lhe faltará conforto”. São Padre Pio de Pietrelcina