1. Grande es el Señor y muy digno de alabanzas, en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo

1. Cántico. Salmo. De los hijos de Coré.

2. de hermosa altivez, alegría de toda la tierra. ¡Monte Sión, morada divina, ciudad del Gran Rey!

2. Grande es Yahveh, y muy digno de loa en la ciudad de nuestro Dios; su monte santo,

3. Dentro de sus torreones está Dios, se ha revelado como su baluarte.

3. de gallarda esbeltez, es la alegría de toda la tierra; el monte Sión, confín del Norte, la ciudad del gran Rey:

4. Los reyes se habían unido, y juntos avanzaban, hasta que la vieron... y quedaron pasmados, presas de pánico, se dieron a la fuga.

4. Dios, desde sus palacios, se ha revelado como baluarte.

5. Allí mismo los agarró un temblor, un escalofrío como de mujer en parto;

5. He aquí que los reyes se habían aliado, irrumpían a una;

6. así es como el viento del oriente estrella a los navíos de Tarsis.

6. apenas vieron, de golpe estupefactos, aterrados, huyeron en tropel.

7. Tal como lo oímos, así lo vimos en la ciudad del Señor Sabaot, en la ciudad de nuestro Dios: él la ha asentado para siempre.

7. Allí un temblor les invadió, espasmos como de mujer en parto,

8. Oh Dios, recordamos tus favores en los patios de tu Templo;

8. tal el viento del este que destroza los navíos de Tarsis.

9. que iguale, oh Dios, tu alabanza a tu nombre, y alcance los confines de la tierra.

9. Como habíamos oído lo hemos visto en la ciudad de Yahveh Sebaot, en la ciudad de nuestro Dios, que Dios afirmó para siempre.

10. Impone tu diestra tu justicia; se alegra el monte Sión; los pueblos de Judá saltan de gozo al presenciar tus juicios.

10. Tu amor, oh Dios, evocamos en medio de tu Templo;

11. Recorran Sión y den la vuelta, cuenten sus torres 14. y contemplen sus defensas recorran uno a uno sus palacios; y digan a las nuevas generaciones:

11. ¡como tu nombre, oh Dios, tu alabanza hasta los confines de la tierra! De justicia está llena tu diestra,

12. ¡así es nuestro Dios! Nuestro Dios por los siglos de los siglos, él nos conducirá.

12. el monte Sión se regocija, exultan las hijas de Judá a causa de tus juicios.

13.

13. Dad la vuelta a Sión, girad en torno de ella, enumerad sus torres;

14.

14. grabad en vuestros corazones sus murallas, recorred sus palacios; para contar a la edad venidera

15.

15. que así es Dios, nuestro Dios por los siglos de los siglos, aquel que nos conduce.





“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina