1. A ti te llamo, Señor, Roca mía, no te hagas el sordo; no sea que, si guardas silencio, me ocurra como a los que bajan a la tumba.

1. De David. Hacia ti clamo, Yahveh, roca mía, no estés mudo ante mí; no sea yo, ante tu silencio, igual que los que bajan a la fosa.

2. Escucha la voz de mi plegaria cuando a ti grito y elevo mis manos hacia tu Templo santo.

2. Oye la voz de mis plegarias, cuando grito hacia ti, cuando elevo mis manos, oh Yahveh, al santuario de tu santidad.

3. Junto con los malvados no me arrastres ni con los que cometen iniquidad, que hablan de paz a sus hermanos, pero llevan dentro la maldad.

3. No me arrebates con los impíos, ni con los agentes de mal, que hablan de paz a su vecino, mas la maldad está en su corazón.

4. Págales tú de acuerdo a sus obras y según la malicia de sus crímenes, dáles lo mismo que han hecho sus manos, págales como se lo merecen.

4. Dales, Yahveh, conforme a sus acciones, y a la malicia de sus hechos, según la obra de sus manos trátales, págales con su misma moneda.

5. Ya que no miran las obras del Señor ni entienden lo que hacen sus manos, él los destruirá y no los rehará.

5. Pues no comprenden los hechos de Yahveh, la obra de sus manos: ¡derríbelos él y no los rehabilite!

6. Bendito sea el Señor, que ha escuchado la voz de mi oración.

6. ¡Bendito sea Yahveh, que ha oído la voz de mis plegarias!

7. El Señor es mi fuerza y mi escudo, mi corazón confiaba en él, y me socorrió, por eso mi corazón se alegra y le canto agradecido.

7. Yahveh mi fuerza, escudo mío, en él confió mi corazón y he recibido ayuda: mi carne de nuevo ha florecido, le doy gracias de todo corazón.

8. El Señor es la fuerza de su pueblo, un refugio seguro para su ungido.

8. Yahveh, fuerza de su pueblo, fortaleza de salvación para su ungido.

9. ¡Salva a tu pueblo y bendice a los tuyos, pastoréalos y llévalos por siempre!

9. Salva a tu pueblo, bendice a tu heredad, pastoréalos y llévalos por siempre.





“Se você fala das próprias virtudes para se exibir ou para vã ostentação perde todo o mérito.” São Padre Pio de Pietrelcina