1. Del maestro de coro... Yedutún. Salmo. De David.

2. En Dios sólo el descanso de mi alma, de él viene mi salvación;

3. sólo él mi roca, mi salvación, mi ciudadela, no he de vacilar.

4. ¿Hasta cuándo atacaréis a un solo hombre, le abatiréis, vosotros todos, como a una muralla que se vence, como a pared que se desploma?

5. Doblez sólo proyectan, su placer es seducir; con mentira en la boca, bendicen, y por dentro maldicen.

6. En Dios sólo descansa, oh alma mía, de él viene mi esperanza;

7. sólo él mi roca, mi salvación, mi ciudadela, no he de vacilar;

8. en Dios mi salvación y mi gloria, la roca de mi fuerza. En Dios mi refugio;

9. confiad en él, oh pueblo, en todo tiempo; derramad ante él vuestro corazón, ¡Dios es nuestro refugio!

10. Un soplo solamente los hijos de Adán, los hijos de hombre, una mentira; si subieran a la balanza serían menos que un soplo todos juntos.

11. No os fiéis de la opresión, no os ilusionéis con la rapiña; a las riquezas, cuando aumenten, no apeguéis el corazón.

12. Dios ha hablado una vez, dos veces, lo he oído: Que de Dios es la fuerza,

13. tuyo, Señor, el amor; y: Que tú al hombre pagas con arreglo a sus obras.






“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina