1. Al maestro de coro. Según Yedutún. Salmo de David

2. Mi alma sólo descansa en Dios, mi salvación viene de él;

3. sólo él es mi roca, mi salvación, mi fortaleza; no sucumbiré.

4. ¿Hasta cuándo atacaréis a un hombre solo todos a una para derribarlo como una pared que se desploma o una tapia a punto de caerse?

5. Desde su altura tratan de derrocarme, se complacen en la falsedad; con la boca bendicen y con el corazón maldicen.

6. Mi alma sólo descansa en Dios, mi salvación viene de él;

7. sólo él es mi roca, mi salvación, mi fortaleza; no sucumbiré.

8. Mi gloria y mi salvación están en Dios, en Dios, mi roca de defensa y mi refugio.

9. Confiad en él, oh pueblo, en todo tiempo; Dios es nuestro refugio.

10. Los hombres del pueblo son un soplo, la gente ilustre, una mentira; cuando se los pone en la balanza, todos juntos pesan menos que un soplo.

11. No esperéis nada de la violencia, no os hagáis ilusión con la rapiña; si llegáis a ser ricos, no pongáis vuestro corazón en las riquezas.

12. Dios ha dicho una cosa, y luego otra; yo lo he oído;

13. esto: que el poder es de Dios; de ti, Señor, es la lealtad; y esto: que tú pagas a cada uno según sus obras.






“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina