1. Cántico. Salmo de los hijos de Coré

2. Grande es el Señor y digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, su monte santo.

3. Hermosa altura, alegría del mundo el monte Sión, confín del norte, capital del gran rey.

4. En los palacios de Sión, Dios se manifiesta como fortaleza.

5. Los reyes se aliaron y avanzaron unidos contra ella;

6. pero apenas la vieron se quedaron pasmados; aterrados, se dieron a la fuga;

7. allí mismo se echaron a temblar, se retorcían de dolor como mujer en parto,

8. como el viento del este que deshace los navíos de Tarsis.

9. Lo que habíamos oído lo hemos visto en la ciudad del Señor omnipotente, en la ciudad de nuestro Dios: Dios la ha afirmado para siempre.

10. Oh Dios, nosotros revivimos tu amor en medio de tu templo;

11. tu alabanza, como tu nombre, oh Dios, cubre la superficie de la tierra; tu diestra está llena de justicia.

12. Que se alegre el monte Sión, que se regocijen las hijas de Judá porque tú haces justicia.

13. Dad vueltas a Sión, enumerad sus torres;

14. admirad sus murallas, fijaos en sus palacios, para contar a las generaciones venideras

15. que este Dios es nuestro Dios por los siglos de los siglos. Él nos guía.





O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina