1. ¿Te han nombrado presidente? No te engrías, sé entre los demás como uno de ellos; atiéndeles, y después te sientas.

1. ¿Te eligieron para que organices un banquete? No te des grandes ínfulas. Compórtate con los demás como uno de ellos; preocúpate de ellos y después anda a sentarte en tu lugar.

2. Cuando hayas cumplido todo tu menester, tomo asiento, para que con ellos te alegres, y por tu acierto recibas la corona.

2. Cuando hayas hecho todo lo necesario, volverás a tu asiento para alegrarte con ellos. Entonces recibirás la corona por tu buena organización.

3. Habla, anciano, que te está bien, pero con discreción y sin estorbar la música.

3. Habla, si eres anciano, eso te corresponde; pero di cosas que tengan sentido, y no impidas la música.

4. Durante la audición, no derrames locuacidad, no te hagas el sabio a destiempo.

4. Cuando la están escuchando, no es el momento para discursos, no pases por sabio en el momento inadecuado.

5. Sello de carbunclo en alhaja de oro, así es un concierto musical de un banquete.

5. Un concierto en medio de un banquete bien regado, es una piedra preciosa engastada en una joya de oro.

6. Sello de esmeralda en montura de oro, así es una melodía entre vino delicioso.

6. El canto de los músicos le viene a la dulzura del vino como una esmeralda a un brazalete de oro.

7. Habla, joven, si te es necesario, dos veces a lo sumo, si se te pregunta.

7. Habla, tú que eres joven, si te lo piden, pero no más de dos veces, y sólo para responder.

8. Resume tu discurso, di mucho en poco, sé como quien sabe y al mismo tiempo calla.

8. Abrevia tu discurso, di mucho en pocas palabras. Demuestra que sabes, pero sobre todo que sabes callar.

9. Entre grandes no te iguales a ellos, si otro habla, no te excedas en hablar.

9. Si estás con personas importantes, no las trates de igual a igual; trata de no conversar mientras otro habla.

10. Al trueno se adelanta el relámpago, así al modesto le antecede la gracia.

10. El relámpago se siente antes que el trueno: lo mismo la disposición para escuchar al hombre modesto.

11. Llegada la hora levántate, no te rezagues, ve corriendo a casa, no te hagas el remolón.

11. Levántate de la mesa a tiempo, no te demores. Llega pronto a tu casa sin entretenerte por el camino.

12. Allí, diviértete y haz lo que te plazca, mas no peques con palabras insolentes.

12. Allí intercambiarás ideas, harás lo que te guste, pero sin pecar con palabras indecentes.

13. Y por todo esto bendice a tu Hacedor, que te colma de sus bienes.

13. Por último bendecirás al que te hizo y te colma con sus bienes.

14. El que teme al Señor acepta la instrucción, los que madrugan encuentran su favor.

14. El que teme al Señor acepta sus lecciones, los que lo buscan desde la aurora recibirán buena acogida.

15. El que busca la ley se llena de ella, al hipócrita le sirve de tropiezo.

15. El que se dedica a la Ley, ésta lo llenará; el que sólo disimula, ésta lo hará caer.

16. Los que temen al Señor son justificados, hacen brillar sus buenas acciones como luz.

16. El Señor recibirá a los que le temen, sus buenas acciones brillarán como la luz.

17. El pecador rehúye la reprensión, según su voluntad encuentra excusa.

17. El pecador no acepta la reprensión, siempre justifica lo que le gusta.

18. El varón de consejo no descuida la reflexión, el extraño y el orgulloso no se encogen de miedo.

18. El hombre prudente no descuida la reflexión; en cambio el orgulloso indiferente no tiene miedo a nada.

19. Sin consejo no hagas nada, y no te arrepentirás de tus acciones.

19. No hagas nada sin haber reflexionado, y no tendrás que arrepentirte de tus actos.

20. Por caminos escabrosos no vayas, y no tropezarás en piedras.

20. No tomes el camino áspero y no te tropezarás con las piedras.

21. No te confies en camino inexplorado,

21. No te fíes de un camino bien pavimentado:

22. y de tus hijos guárdate.

22. ten cuidado aun con tus hijos.

23. En todos tus actos vela sobre ti, que esto es también guardar los mandamientos.

23. En todo lo que hagas, actúa según tu conciencia: así observarás los mandamientos.

24. El que tiene confianza en la ley atiende a los mandamientos, y el que pone su confianza en el Señor no sufre daño.

24. El que confía en la Ley pone atención en los mandamientos; el que obedece al Señor no sufrirá daño alguno.





“A mulher forte é a que tem temor de Deus, a que mesmo à custa de sacrifício faz a vontade de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina