1. De la tierra creó el Señor al hombre, y de nuevo le hizo volver a ella.

1. El Señor sacó al hombre de la tierra, y allá lo hace volver.

2. Días contados le dio y tiempo fijo, y dioles también poder sobre las cosas de la tierra.

2. Para cada uno determinó el tiempo de su venida y el número de sus días; les dio poder sobre las cosas de la tierra.

3. De una fuerza como la suya los revistió, a su imagen los hizo.

3. Los revistió de fuerza semejante a la suya, haciéndolos a su imagen.

4. Sobre toda carne impuso su temor para que dominara a fieras y volátiles.

4. Hizo que todo ser animado los temiera, y que fueran amos de las fieras salvajes y de las aves.

6. Les formó lengua, ojos, oídos, y un corazón para pensar.

6. Les dio para que percibieran la realidad una conciencia, una lengua y ojos, oídos y entendimiento.

7. De saber e inteligencia los llenó, les enseñó el bien y el mal.

7. Los llenó de saber y de inteligencia, y les enseñó el bien y el mal.

8. Puso su ojo en sus corazones, para mostrarles la grandeza de sus obras.

8. Puso en ellos su ojo interior, haciéndolos así descubrir las grandes cosas que había hecho,

10. Por eso su santo nombre alabarán, contando la grandeza de sus obras.

10. para que alabaran su nombre santísimo y proclamaran la grandeza de sus obras.

11. Aun les añadió el saber, la ley de vida dioles en herencia.

11. Les reveló además un saber, y los dotó de una ley de vida.

12. Alianza eterna estableció con ellos, y sus juicios les enseñó.

12. Concluyó con ellos una Alianza eterna y les enseñó sus decretos.

13. Los ojos de ellos vieron la grandeza de su gloria, la gloria de su voz oyeron sus oídos.

13. Sus ojos contemplaron su gloria majestuosa, sus oídos oyeron su voz poderosa.

14. Y les dijo: «Guardaos de toda iniquidad», y a cada cual le dio órdenes respecto de su prójimo.

14. Les dio mandamientos con respecto a su prójimo, diciéndoles: "Eviten cualquier injusticia".

15. Sus caminos están ante él en todo tiempo, no se ocultan a sus ojos.

15. El comportamiento del hombre está siempre ante sus ojos, no pueden escapar a su mirada.

17. A cada nación asignó un jefe, mas la porción del Señor es Israel.

17. Dio a cada nación un guía, pero Israel pertenece en propiedad al Señor.

19. Todas sus obras están ante él, igual que el sol, e incesantes sus ojos sobre sus caminos.

19. Todas sus obras están ante él como a pleno sol, no pierde de vista por dónde andan.

20. No se le ocultan sus iniquidades, todos sus pecados están ante el Señor.

20. No se le ocultan sus injusticias, todos sus pecados están delante del Señor.

22. La limosna del hombre es como un sello para él, el favor del hombre lo guarda como la pupila de sus ojos.

22. Guarda como objeto precioso la limosna que se hace, preserva las buenas obras de cada uno como a la niña de sus ojos.

23. Después se levantará y les retribuirá, sobre su cabeza pondrá su recompensa.

23. Se levantará un día, entregará las recompensas, depositando sobre sus cabezas lo que les corresponde.

24. Pero a los que se arrepienten les concede retorno, y consuela a los que perdieron la esperanza.

24. A los que se arrepienten les concede que vuelvan, anima a los que se descorazonaron.

25. Conviértete al Señor y deja tus pecados, suplica ante su faz y quita los obstáculos.

25. Conviértete al Señor y renuncia al pecado, rézale y disminuye tus ofensas.

26. Vuélvete al Altísimo y apártate de la injusticia, odia con toda el alma la abominación.

26. Vuélvete al Altísimo y apártate de la injusticia, ten horror de lo que es abominable.

27. ¿Quién en el seol alabará al Altísimo si los vivientes no le dan gloria?

27. ¿Quién alabará al Altísimo en la morada de los muertos? Son los vivos los que le dan la alabanza?

28. No hay alabanza que venga de muerto, como de quien no existe; es el que vive y goza de salud quien alaba al Señor.

28. El muerto no puede alabar, es como si no existiera; es el vivo, el que está sano, el que alaba al Señor.

29. ¡Qué grande es la misericordia del Señor, y su perdón para los que a él se convierten!

29. ¡Qué grande es la misericordia del Señor, y su perdón para los que se convierten a él!

30. Pues no todo puede estar en poder de los hombres, que no es inmortal el hijo de hombre.

30. El hombre no puede tenerlo todo: para comenzar el hijo del hombre no es inmortal.

31. ¿Qué hay más luminoso que el sol? Con todo, desaparece. Mas la carne y la sangre sólo el mal conciben.

31. ¿Qué es más luminoso que el sol? Y sin embargo va declinando. ¡Qué error más grande es la pretensión de un ser de carne y hueso!

32. Al ejército de lo alto de los cielos pasa él revista, pero polvo y ceniza son los hombres.

32. El Señor controla los ejércitos celestiales, y los hombres, en cambio, no son más que tierra y ceniza.





A firmeza de todo o edifício depende da fundação e do teto! São Padre Pio de Pietrelcina