1. La sabiduría del humilde le hace erguir la cabeza, y le da asiento entre los grandes.

1. El pobre, si es un sabio, lleva la frente en alto; se sienta entre los notables.

2. No alabes nunca a un hombre por su buen parecer, ni abomines de nadie por su aspecto.

2. No te dejes embaucar por el que tiene buena facha, ni mires mal a otro por su aspecto.

3. Pequeña entre los que vuelan es la abeja, mas lo que ella elabora es lo más dulce.

3. Entre los seres alados la abeja es de los pequeños, pero es la principal por la dulzura de su miel.

4. No te gloríes del manto que te envuelve, el día de la gloria no te engrías; pues admirables son las obras del Señor, pero están ocultas a los hombres.

4. No te sientas orgulloso de la ropa que llevas, ni te creas el día que te honran; ¿sabes lo que el Señor prepara sin que se lo note?

5. Muchos tiranos se sentaron en el suelo, y un desconocido se puso la diadema.

5. Muchos dictadores han sido destronados y la corona ha pasado al que nadie esperaba.

6. Muchos poderosos fueron muy deshonrados, y hombres ilustres entregados a otras manos.

6. Muchos que eran poderosos lo han perdido todo, personas famosas han caído en manos de un recién llegado.

7. Sin haberte informado no reprendas, reflexiona primero y haz luego tu reproche.

7. No reprendas antes de informarte; comienza por examinar y luego haz los reproches.

8. Sin haber escuchado no respondas ni interrumpas en medio del discuro.

8. No respondas antes de haber escuchado, ni interrumpas al que habla.

9. Por lo que no te incumbe no discutas, y en las contiendas de los pecadores no te mezcles.

9. No te metas en lo que no te incumbe, ni tomes partido en querellas de pecadores.

11. Hijo, no te metas en múltiples asuntos, si los multiplicas no saldrás bien parado; aunque los persigas no los alcanzarás ni podrás escapar aunque quieras huir.

11. Hijo mío, no emprendas muchas cosas a la vez; si son demasiadas, te perjudicarás; aunque corras, no las conseguirás y no podrás librarte más de ellas.

11. Hay quien se agota, se fatiga y se apresura, y cuanto más, más tarde llega.

11. Hay quienes se fatigan en el trabajo, se agotan y se atormentan y se encuentran más pobres que antes.

12. Hay quien es débil, necesitado de apoyo, falto de bienes y sobrado de pobreza, mas los ojos del Señor le miran para bien, él le recobra de su humillación.

12. Otros son débiles y vulnerables, sin recursos y carentes de todo, pero el Señor los mira con ojos favorables.

13. Levanta su cabeza, y por él se admiran muchos.

13. Los saca de su abatimiento y les hace levantar la cabeza, a tal punto que muchos se maravillan de ello.

14. Bienes y males, vida y muerte, pobreza y riqueza vienen del Señor.

14. Prosperidad y mala suerte, vida y muerte, pobreza y riqueza, todo viene del Señor.

17. El don del Señor con los piadosos permanece, y su complacencia les lleva por buen camino para siempre.

17. Los que son fieles pueden contar con la generosidad del Señor, su benevolencia los guiará siempre.

18. Hay quien se hace rico a fuerza de engaño y avaricia, y esta es la parte de su recompensa:

18. Piensa en la suerte de un hombre que se ha enriquecido a fuerza de cálculos y de economías.

19. cuando dice: «Ya he logrado reposo, ahora voy a comer de mis bienes», no sabe qué tiempo va a venir, morirá y se lo dejará a otros.

19. A lo mejor se dice a sí mismo: "Tengo bien ganado el descanso, ya puedo vivir con lo que he adquirido". Pero no sabe el tiempo que le queda, morirá y se lo dejará todo a otros.

20. Manténte en tu quehacer y conságrate a él, en tu tarea envejece.

20. Sé fiel a tu trabajo, conságrale tu vida y continúa con tu labor hasta tus días de ancianidad.

21. No te admires de las obras del pecador, confía en el Señor y en tu esfuerzo persevera. Que es cosa fácil a los ojos del Señor enriquecer de golpe al indigente.

21. No te escandalices por el éxito de los pecadores; pon tu confianza en el Señor y persevera en tu labor. Es fácil para el Señor hacer rico al pobre en un instante.

22. La bendición del Señor es la recompensa del piadoso, y en un instante hace florecer su bendición.

22. La bendición del Señor recompensará a sus fieles: de repente, sin hacerse anunciar, trae sus frutos.

23. No digas: «¿De qué he menester? o ¿qué bienes me vendrán todavía?»

23. No digas: ¿Qué me falta, qué más podría tener o desear?

24. No digas: «Tengo bastante con ellos, ¿qué mal puede alcanzarme ahora?»

24. No digas: "Tengo todo lo que necesito, ¿qué desgracia podría ocurrirme ahora?"

25. Día de bienes, olvido de males, día de males, olvido de bienes.

25. En los días buenos se olvida uno de los malos, en los días malos no se acuerda más de los buenos.

26. Que es fácil al Señor, el día de la muerte, pagar a cada uno según su proceder.

26. Aun cuando esté cerca el fin, es fácil para el Señor darle a cada uno según cómo ha vivido.

27. El mal de una hora el placer hace olvidar, al final del hombre se descubren sus obras.

27. La hora de la prueba hace olvidar todos los placeres, al acabarse la vida de un hombre es cuando sus acciones se aprecian.

28. Antes del fin no llames feliz a nadie, que sólo a su término es conocido el hombre.

28. No proclames feliz a nadie, mientras la persona no esté muerta: la conocerás sólo al final.

29. No metas a cualquiera en tu casa, que son muchos los lazos del taimado.

29. No lleves a cualquiera a tu casa, porque los aprovechadores habilosos son muchos.

30. Perdiz cautiva en su jaula, tal es el corazón del orgulloso, como el espía acecha tu caída.

30. El pensamiento del orgulloso es como la perdiz enjaulada para atraer la caza: te observa y descubre tus puntos débiles;

31. Cambiando el bien por el mal, está al acecho, y a las cosas más limpias pone mancha.

31. cambia el bien en mal, te tiende sus trampas, calumnia lo que hay de mejor.

32. Con una chispa se enciende un brasero, así el pecador tiende lazos en busca de sangre.

32. La chispa enciende los carbones, el pecador con sus acechanzas hará correr sangre.

33. Guárdate del malvado, porque maquina el mal, no sea que te manche para siempre.

33. Desconfía del malo: no olvides que anda tramando el mal; podría destruir tu reputación para siempre.

34. Mete en casa al extraño, y te traerá el desorden, te hará extraño a tu propia familia.

34. Lleva a tu casa a un extraño y te acarreará problemas; te enemistará con las personas de tu casa.





“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina