2. Del maestro de coro. Según la melodía: «Lirios...» De los hijos de Coré. Poema. Canto de amor.

2. Lleno me siento de palabras bellas, recitaré al rey, yo, mi poema: mi lengua es como un lápiz de escritor.

3. Bulle mi corazón de palabras graciosas; voy a recitar mi poema para un rey: es mi lengua la pluma de un escriba veloz.

3. Tú eres el más hermoso entre los hombres, en tus labios la gracia se derrama, así Dios te bendijo para siempre.

4. Eres hermoso, el más hermoso de los hijos de Adán, la gracia está derramada en tus labios. Por eso Dios te bendijo para siempre.

4. Cíñete ya la espada, poderoso, con gloria y con honor

5. Ciñe tu espada a tu costado, oh bravo, en tu gloria y tu esplendor

5. anda y cabalga por la causa de la verdad, la piedad y el derecho. Haces proezas con armas en la mano:

6. marcha, cabalga, por la causa de la verdad, de la piedad, de la justicia. ¡Tensa la cuerda en el arco, que hace terrible tu derecha!

6. tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden; los enemigos del rey pierden coraje.

7. Agudas son tus flechas, bajo tus pies están los pueblos, desmaya el corazón de los enemigos del rey.

7. Tu trono, oh Dios, es firme para siempre. Cetro de rectitud es el de tu reinado.

8. Tu trono es de Dios para siempre jamás; un cetro de equidad, el cetro de tu reino;

8. Amas lo justo y odias lo que es malo; por eso Dios, tu Dios, te dio a ti solo una unción con perfumes de alegría como no se la dio a tus compañeros.

9. tú amas la justicia y odias la impiedad. Por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegría más que a tus compañeros;

9. Mirra y áloe impregnan tus vestidos, el son del arpa alegra tu casa de marfil.

10. mirra y áloe y casia son todos tus vestidos. Desde palacios de marfil laúdes te recrean.

10. Hijas de reyes son tus muy amadas, una reina se sienta a tu derecha, oro de Ofir en sus vestiduras luce.

11. Hijas de reyes hay entre tus preferidas; a tu diestra una reina, con el oro de Ofir.

11. Ahora tú, hija, atiéndeme y escucha: olvida a tu pueblo y la casa de tu padre,

12. Escucha, hija, mira y pon atento oído, olvida tu pueblo y la casa de tu padre,

12. y tu hermosura al rey conquistará. El es tu Señor:

13. y el rey se prendará de tu belleza. El es tu Señor, ¡póstrate ante él!

13. los grandes de Tiro ante él se postrarán. Ahí vienen los ricos del país a rendirte homenaje.

14. La hija de Tiro con presentes, y los más ricos pueblos recrearán tu semblante.

14. La hija del rey, con oro engalanada, es introducida al interior,

15. Toda espléndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en oro recamados;

15. vestida de brocados al rey es conducida. La siguen sus compañeras vírgenes que te son presentadas.

16. con sus brocados el llevada ante el rey. Vírgenes tras ella, compañeras suyas, donde él son introducidas;

16. Escoltadas de alegría y júbilo, van entrando al palacio real.

17. entre alborozo y regocijo avanzan, al entrar en el palacio del rey.

17. En lugar de tus padres tendrás hijos, que en todas partes príncipes serán.

18. En lugar de tus padres, tendrás hijos; príncipes los harás sobre toda la tierra.

18. Gracias a mí yo quiero que tu nombre viva de una a otra generación y que los pueblos te aclamen para siempre.





“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina