2. Lamentación. De David. La que cantó a Yahveh a propósito del benjaminita Kus.

2. Señor, Dios mío, en ti yo me refugio, líbrame de mis perseguidores, sálvame.

3. Yahveh, Dios mío, a ti me acojo, sálvame de todos mis perseguidores, líbrame;

3. No sea que me atrape como un león, y me arrastre sin que nadie me salve.

4. ¡que no arrebate como un león mi vida el que desgarra, sin que nadie libre!

4. Señor Dios mío, si he actuado mal, si ha manchado mis manos la maldad,

5. Yahveh, Dios mío, si algo de esto hice, si hay en mis manos injusticia,

5. si he devuelto mal por bien, o despojado sin razón a mi contrario,

6. si a mi bienhechor con mal he respondido si he perdonado al opresor injusto,

6. que mi enemigo me persiga y me alcance, que aplaste mi persona contra el suelo y esparza por el polvo mis entrañas.

7. ¡que el enemigo me persiga y me alcance, estrelle mi vida contra el suelo, y tire mis entrañas por el polvo!

7. Enójate, Señor, y ponte de pie, haz frente al furor de mis opresores. Despiértate, oh Dios, para abrir el juicio.

8. Levántate, Yahveh, en tu cólera, surge contra los arrebatos de mis opresores, despierta ya, Dios mío, tú que el juicio convocas.

8. Que la asamblea de las naciones te rodee, y presídela tú, desde lo alto.

9. Que te rodee la asamblea de las naciones, y tú en lo alto vuélvete hacia ella.

9. Tú que juzgas a las naciones, proclama, Señor, mi rectitud y reconoce mi inocencia.

10. (Yahveh, juez de los pueblos.) Júzgame, Yahveh, conforme a mi justicia y según mi inocencia.

10. Pon fin a la maldad y a los malvados, y fortalece tú al justo, pues las mentes y los corazones tú sondeas, tú que eres un Dios justo.

11. Haz que cese la maldad de los impíos, y afianza al justo, tú que escrutas corazones y entrañas, oh Dios justo.

11. Dios es el escudo que me cubre, él, que salva a los de recto corazón.

12. Dios, el escudo que me cubre, el salvador de los de recto corazón;

12. Dios es un juez justo, atento siempre para castigar. Arrepiéntanse, o tengan cuidado:

13. Dios, el juez justo, tardo a la cólera, pero Dios amenazante en todo tiempo

13. El Señor tiene su espada afilada, su arco tenso y la flecha apuntando.

14. para el que no se vuelve. Afile su espada el enemigo, tense su arco y lo apareje,

14. Tiene en su mano, siempre preparadas, armas mortíferas y flechas encendidas.

15. para sí solo prepara armas de muerte, hace tizones de sus flechas;

15. Miren al hombre preñado de malicia: Concibe la desgracia y da a luz el fracaso

16. vedle en su preñez de iniquidad, malicia concibió, fracaso pare.

16. Cava una fosa y la hace profunda, pero en la trampa que ha hecho caerá.

17. Cavó una fosa, recavó bien hondo, mas cae en el hoyo que él abrió;

17. Su maldad le recae en la cabeza y le rebota en la cara su violencia.

18. revierte su obra en su cabeza, su violencia en su cerviz recae.

18. Yo alabaré al Señor por su justicia y cantaré al Nombre del Altísimo.





“Que Nossa Senhora nos obtenha o amor à cruz, aos sofrimentos e às dores.” São Padre Pio de Pietrelcina