1. Amo al Señor, porque él escucha el clamor de mi súplica,

2. porque inclina su oído hacia mí, cuando yo lo invoco.

3. Los lazos de la muerte me envolvieron, me alcanzaron las redes del Abismo, caí en la angustia y la tristeza;

4. entonces invoqué al Señor: "¡Por favor, sálvame la vida!".

5. El Señor es justo y bondadoso, nuestro Dios es compasivo;

6. el Señor protege a los sencillos: yo estaba en la miseria y me salvó.

7. Alma mía, recobra la calma, porque el Señor ha sido bueno contigo.

8. Él libró mi vida de la muerte, mis ojos de las lágrimas y mis pies de la caída.

9. Yo caminaré en la presencia del Señor, en la tierra de los vivientes.

10. Tenía confianza, incluso cuando dije: "¡Qué grande es mi desgracia!".

11. Yo, que en mi turbación llegué a decir: "¡Los hombres son todos mentirosos!".

12. ¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo?

13. Alzaré la copa de la salvación e invocaré el nombre del Señor.

14. Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo.

15. ¡Qué penosa es para el Señor la muerte de sus amigos!

16. Yo, Señor, soy tu servidor, tu servidor, lo mismo que mi madre: por eso rompiste mis cadenas.

17. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, e invocaré el nombre del Señor.

18. Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo,

19. en los atrios de la Casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén. ¡Aleluya!





“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina