Salmos, 17
13. Levántate, Señor; sal a su encuentro, derríbalos; líbrame con tu espada del malvado.
13. Levántate, Señor; sal a su encuentro, derríbalos; líbrame con tu espada del malvado.
“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina