1. ¡Vuelve, vuelve, sulamita; vuelve, vuelve, para que te miremos! Él: ¿Qué miraréis en la sulamita, en la danza a dos coros?

1. ¡Vuelve, vuelve, Sulamita, vuelve, vuelve, que te miremos! ¿Por qué miráis a la Sulamita, como en una danza de dos coros?

2. Coro: ¡Qué bellos son tus pies en las sandalias, hija de príncipe! Como collares las curvas de tus caderas, obra de las manos de un artista.

2. ¡Qué lindos son tus pies en las sandalias, hija de príncipe! Las curvas de tus caderas son como collares, obra de manos de artista.

3. Tu ombligo es un ánfora redonda, donde no falta vino aromático. Tu vientre, un cúmulo de trigo, rodeado de lirios.

3. Tu ombligo es un ánfora redonda, donde no falta el vino. Tu vientre, un montón de trigo, de lirios rodeado.

4. Tus pechos son como dos crías mellizas de gacela.

4. Tus dos pechos, cual dos crías mellizas de gacela.

5. Tu cuello, una torre de marfil. Tus ojos, como las piscinas de Jesbón junto a las puertas de Bat-Rabín. Tu nariz, como la torre del Líbano, vigía que mira hacia Damasco.

5. Tu cuello, como torre de marfil. Tus ojos, las piscinas de Jesbón, junto a la puerta de Bat Rabbim. Tu nariz, como la torre del Líbano, centinela que mira hacia Damasco.

6. Tu cabeza sobre ti como el Carmelo, y la melena de tu cabeza cual la púrpura: un rey en tus rizos está preso.

6. Tu cabeza sobre ti, como el Carmelo, y tu melena, como la púrpura; ¡un rey en esas trenzas está preso!

7. Él: ¡Qué hermosa eres, qué encantadora, oh amor mío, en tus delicias!

7. ¡Qué bella eres, qué encantadora, oh amor, oh delicias!

8. Tu talle semeja a la palmera; tus pechos, a sus racimos.

8. Tu talle se parece a la palmera, tus pechos, a los racimos.

9. Me digo: "Voy a subir a la palmera; tomaré sus racimos. ¡Séanme tus pechos como racimos de uvas, y tu aliento como perfume de manzanas!

9. Me dije: Subiré a la palmera, recogeré sus frutos. ¡Sean tus pechos como racimos de uvas, el perfume de tu aliento como el de las manzanas,

10. Tu boca como vino exquisito, que fluye suavemente hacia mi amor, deslizándose entre los labios que se adormecen".

10. tu paladar como vino generoso! El va derecho hacia mi amado, como fluye en los labios de los que dormitan.

11. Ella: Yo soy de mi amor y su deseo tiende hacia mí.

11. Yo soy para mi amado, y hacia mí tiende su deseo.

12. Ven, amor mío, salgamos a la campiña. Pasaremos la noche en las aldeas,

12. ¡Oh, ven, amado mío, salgamos al campo! Pasaremos la noche en las aldeas.

13. y de mañana iremos a las viñas: veremos si la vid echa sus brotes, si se abren las flores y si florecen los granados. Allí te entregaré yo mis amores.

13. De mañana iremos a las viñas; veremos si la vid está en cierne, si las yemas se abren, y si florecen los granados. Allí te entregaré el don de mis amores.

14. Las mandrágoras exhalan su perfume. A nuestra puerta están todos los frutos exquisitos; los nuevos igual que los añejos, oh amor mío, los he guardado para ti.

14. Las mandrágoras exhalan su fragancia. A nuestras puertas hay toda suerte de frutos exquisitos. Los nuevos, igual que los añejos, los he guardado, amado mío, para ti.





“É sempre necessário ir para a frente, nunca para trás, na vida espiritual. O barco que pára em vez de ir adiante é empurrado para trás pelo vento.” São Padre Pio de Pietrelcina