1. ¿Dónde se fue tu amor, tú, la más bella de las mujeres? ¿Adónde se dirigió tu amor, para que contigo lo busquemos?

1. ¿A dónde se fue tu amado, oh la más bella de las mujeres? ¿A dónde tu amado se volvió, para que contigo le busquemos?

2. Ella: Mi amor ha bajado a su jardín, a las eras del bálsamo, a apacentar su rebaño en los jardines, a recoger lirios.

2. Mi amado ha bajado a su huerto, a las eras de balsameras, a apacentar en los huertos, y recoger lirios.

3. Yo soy de mi amor y mi amor es mío. Él apacienta su rebaño entre los lirios.

3. Yo soy para mi amado y mi amado es para mí: él pastorea entre los lirios.

4. Él: Hermosa eres, amiga mía, como Tirsá, deliciosa como Jerusalén, imponente como ejército formado.

4. Hermosa eres, amiga mía, como Tirsá, encantadora, como Jerusalén, imponente como batallones.

5. Retira de mí tus ojos porque me arrebatan. Tu melena es un rebaño de cabras ondulante por las pendientes de Galaad.

5. Retira de mí tus ojos, que me subyugan. Tu melena cual rebaño de cabras que ondulan por el monte Galaad.

6. Tus dientes, como un rebaño de ovejas que regresan del baño, cada una con crías mellizas, y ninguna privada de ellas.

6. Tus dientes, un rebaño de ovejas, que salen de bañarse. Todas tienen mellizas, y entre ellas no hay estéril.

7. Tus mejillas, mitades de granada a través de tu velo.

7. Tus mejillas, como cortes de granada a través de tu velo.

8. Sesenta son las reinas, ochenta las concubinas, y las doncellas son sin número.

8. Sesenta son las reinas, ochenta las concubinas, (e innumerables las doncellas).

9. nica es mi paloma, única mi perfecta; ella, la única de su madre, la preferida de la que le dio a luz. Las doncellas la han visto y la han felicitado, reinas y concubinas la han bendecido: Ellas:

9. Unica es mi paloma, mi perfecta. Ella, la única de su madre, la preferida de la que la engendró. Las doncellas que la ven la felicitan, reinas y concubinas la elogian:

10. "¿Quién es ésta que avanza cual la aurora, bella como la luna, distinguida como el sol, imponente como ejército formado?".

10. «¿Quién es ésta que surge cual la aurora, bella como la luna, refulgente como el sol, imponente como batallones?»

11. Ella: He bajado al nogueral para ver la floración del valle, para ver los brotes de la vid y si florecen los granados...

11. Al nogueral había yo bajado para ver la floración del valle, a ver si la vid estaba en cierne, y si florecían los granados.

12. Sin darme cuenta, mi deseo me llevaba en los carros de mi pueblo, con mi príncipe.

12. ¡Sin saberlo, mi deseo me puso en los carros de Aminadib!





“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina