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• Muy duro se le hacía esto a Abrahán, pues se trataba de su hijo. (Génesis 21, 11)

• Abrahán se levantó muy de mañana, tomó pan y un odre de agua y se lo dio a Agar; puso el niño sobre su hombro, y la despidió. Ella se fue y anduvo errante por el desierto de Berseba. (Génesis 21, 14)

• Abrahán era ya muy viejo, y el Señor le había bendecido en todo. (Génesis 24, 1)

• La joven era muy bella y virgen; ningún varón la había tocado. Bajó a la fuente, llenó el cántaro e iba ya a subir, (Génesis 24, 16)

• Las gentes del lugar le preguntaban si Rebeca era su mujer, y él respondía que era su hermana, pues tenía miedo de decir que era su mujer; porque como Rebeca era muy bella, pensaba que aquellos hombres podían matarle. (Génesis 26, 7)

• Se levantó muy de mañana, tomó la piedra que había puesto por cabecera, la levantó a modo de estela y derramó aceite sobre ella. (Génesis 28, 18)

• Miró y vio un pozo en medio del campo, junto al cual sesteaban tres rebaños de ovejas, porque en él solían abrevar los ganados; pero en la boca del pozo había una piedra muy grande. (Génesis 29, 2)

• Él les dijo: "Todavía es muy de día, y no es hora de retirar el ganado; abrevad las ovejas y llevadlas a pastar". Ellos respondieron: (Génesis 29, 7)

• Partieron de Betel y, cuando quedaba un buen trecho de camino para llegar a Éfrata, Raquel se puso de parto, un parto muy penoso. (Génesis 35, 16)

• A la mañana siguiente el Faraón, muy turbado, mandó llamar a todos los adivinos y a todos los sabios de Egipto y les contó su sueño, pero nadie pudo explicárselo. (Génesis 41, 8)

• La abundancia anterior se olvidará a causa del hambre que sobrevendrá, que será muy dura. (Génesis 41, 31)

• José salió apresuradamente porque estaba muy emocionado a la vista de su hermano y se le saltaban las lágrimas. Entró en su habitación y se puso a llorar. (Génesis 43, 30)