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Amnón tenía un amigo que se llamaba Yonadab, hijo de Simá, hermano de David. Yonadab era un hombre muy hábil. (II Samuel 13, 3)
Entonces el rey dijo a Joab: "¡Muy bien!, voy a hacer lo que has dicho: Vete y haz que vuelva el joven Absalón". (II Samuel 14, 21)
Absalón tuvo tres hijos y una hija, que se llamaba Tamar, y era muy bella. (II Samuel 14, 27)
Barzilay era muy viejo. Tenía ochenta años. Él había provisto al rey durante su permanencia en Majanayín, pues era un hombre muy rico. (II Samuel 19, 33)
Cuando el rey David se hizo viejo, de edad muy avanzada, aunque lo arropaban bien, no entraba en calor. (I Reyes 1, 1)
La joven era muy hermosa. Cuidaba del rey y le servía. Pero el rey no tuvo relaciones con ella. (I Reyes 1, 4)
Su padre no le había reprendido en su vida, ni le había pedido cuentas de lo que hacía. Era de aspecto muy gallardo, y había nacido después de Absalón. (I Reyes 1, 6)
Betsabé entró en la cámara del rey. El monarca estaba muy envejecido, y Abisag, la sunamita, le servía. (I Reyes 1, 15)
Ahora bien, Señor, Dios mío, me has hecho rey a mí, tu siervo, en lugar de mi padre, David; pero yo soy muy joven y no sé cómo actuar. (I Reyes 3, 7)
Hizo también una pila de bronce muy grande, redonda, de cinco metros de diámetro, dos y medio de alto y quince de perímetro. (I Reyes 7, 23)
"Tu padre nos ha puesto un yugo muy pesado. Alivia tú la dura servidumbre de tu padre y el pesado yugo que puso sobre nosotros, y te serviremos". (I Reyes 12, 4)
Ajab llamó a Abdías, su mayordomo, el cual era muy temeroso del Señor: (I Reyes 18, 3)
