Exodo, 34
34. Cada vez que Moisés entraba en la presencia del Señor para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía y, una vez afuera, comunicaba a los israelitas todo lo que se le había ordenado.
34. Cada vez que Moisés entraba en la presencia del Señor para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía y, una vez afuera, comunicaba a los israelitas todo lo que se le había ordenado.
“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina