Eclesiástico, 24
11. En la ciudad amada establecí mi residencia, y en Jerusalén tuve la sede de mi imperio.
11. En la ciudad amada establecí mi residencia, y en Jerusalén tuve la sede de mi imperio.
“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina