Talált 484 Eredmények: habían

  • Moisés tenía ciento veinte años cuando murió. No se habían apagado sus ojos ni se había debilitado su vigor. (Deuteronomio 34, 7)

  • Después Josué erigió doce piedras en medio del Jordán, en el lugar donde habían estado los pies de los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza, y allí están hasta el día de hoy. (Josué 4, 9)

  • En aquel día el Señor engrandeció a Josué a los ojos de todo Israel y lo respetaron, como habían respetado a Moisés, todos los días de su vida. (Josué 4, 14)

  • En cuanto a las doce piedras que habían sido tomadas del Jordán, Josué las levantó en Guilgal. (Josué 4, 20)

  • como los israelitas anduvieron por el desierto cuarenta años, ya habían muerto los que salieron de Egipto en edad militar. Porque no obedecieron al Señor, el Señor les había jurado que no les dejaría ver la tierra que él había prometido a sus padres, tierra que mana leche y miel. (Josué 5, 6)

  • Y en su lugar suscitó a sus hijos; a éstos los circuncidó Josué, porque estaban incircuncisos, ya que no habían sido circuncidados durante el camino. (Josué 5, 7)

  • Josué dijo a los dos hombres que habían explorado la tierra: "Entrad en la casa de esa prostituta y sacadla fuera con todos los suyos, como se lo habíamos jurado". (Josué 6, 22)

  • Cuando el rey de Ay vio la situación, salió a toda prisa a presentar batalla contra Israel, él y todo su pueblo, en la pendiente de frente a la Arabá; pero sin saber que le habían tendido una emboscada por detrás de la ciudad. (Josué 8, 14)

  • Josué y todo el pueblo, al ver que los de la emboscada habían tomado la ciudad y que le habían prendido fuego, se volvieron y atacaron a las gentes de Ay. (Josué 8, 21)

  • Cuando terminaron de matar a todos los de Ay que habían salido al campo en su persecución, los israelitas se volvieron a la ciudad y la pasaron a cuchillo. (Josué 8, 24)

  • Mas los israelitas no los mataron, porque los jefes del pueblo les habían jurado por el Señor, Dios de Israel, que les perdonarían la vida. Pero toda la comunidad murmuraba contra los jefes, (Josué 9, 18)

  • Ellos respondieron a Josué: "Tus siervos habían sido informados de cómo el Señor, tu Dios, había mandado a Moisés, su siervo, que se os diera toda la tierra y de que todos sus habitantes fueran exterminados ante vosotros. Y, temiendo por nuestras vidas, hemos hecho esto. (Josué 9, 24)


“A mansidão reprime a ira.” São Padre Pio de Pietrelcina