Talált 484 Eredmények: habían
he puesto todo mi empeño en no anunciar el evangelio allí donde ya habían oído hablar de Cristo, para no construir sobre cimientos puestos por otros, (Romanos 15, 20)
sino hacer lo que dice la Escritura: Los que no tenían noticias de él, lo verán; los que no habían oído hablar de él, entenderán. (Romanos 15, 21)
a pesar de que esos falsos hermanos intrusos se habían infiltrado entre nosotros para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús y hacernos esclavos de la ley. (Gálatas 2, 4)
cuando vuestros padres me desafiaron y me pusieron a prueba, aunque habían visto mis obras durante cuarenta años. (Hebreos 3, 9)
Y ¿a quién juró él que no entrarían en su descanso sino a aquellos que habían sido desobedientes? (Hebreos 3, 18)
Porque también nosotros, como ellos, hemos recibido la buena nueva; pero a ellos no les aprovechó la palabra que habían oído, porque al escucharla no se unieron a ella por la fe. (Hebreos 4, 2)
Y si ellos hubiesen pensado en aquella de la que habían salido, hubiesen tenido oportunidad para volver a ella. (Hebreos 11, 15)
los cuales se habían mostrado reacios a la fe en otro tiempo en los días de Noé cuando Dios esperaba con paciencia mientras se construía el arca en la cual unos pocos ocho personas se salvaron del agua; (I Pedro 3, 20)
Con sus discursos pomposos y vacíos despiertan los deseos carnales y el desenfreno de aquellos que apenas habían logrado escapar de los que viven en el error. (II Pedro 2, 18)
Cuando el cordero abrió el quinto sello, vi debajo del altar vivos a los que habían sido degollados por proclamar la palabra de Dios y por el testimonio que habían dado. (Apocalipsis 6, 9)
El nombre de la estrella es ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y muchos hombres murieron por estas aguas, que se habían vuelto amargas. (Apocalipsis 8, 11)
Los pueblos habían montado en cólera; pero ha llegado tu ira y el momento de juzgar a los muertos; de dar la recompensa a tus siervos los profetas, a los santos y a los que veneran tu nombre, pequeños y grandes, y de exterminar a los que destruían la tierra. (Apocalipsis 11, 18)