Talált 142 Eredmények: Jeremías

  • En cuanto a Jeremías, Nabucodonosor, rey de Babilonia, había dado a Nebuzardán, jefe de la escolta, estas órdenes: (Jeremías 39, 11)

  • mandaron sacar a Jeremías del patio de la guardia y lo entregaron a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, para que lo llevase a su casa. Y así se quedó en medio del pueblo. (Jeremías 39, 14)

  • Estando todavía Jeremías recluido en el patio de la guardia, le había sido dirigida la palabra de parte del Señor en estos términos: (Jeremías 39, 15)

  • Palabra dirigida a Jeremías de parte del Señor, después que fue puesto en libertad en Ramá por Nebuzardán, jefe de la escolta, el cual lo había encontrado aherrojado entre los prisioneros de Jerusalén y Judá que eran deportados a Babilonia. (Jeremías 40, 1)

  • El jefe de la escolta tomó aparte a Jeremías y le dijo: "El Señor, tu Dios, había anunciado la presente desgracia sobre este lugar (Jeremías 40, 2)

  • Y Jeremías se fue a Mispá, donde Godolías, hijo de Ajicán, y vivió con él entre el pueblo que había quedado en el país. (Jeremías 40, 6)

  • se presentaron al profeta Jeremías y le dijeron: "Acoge por favor nuestros ruegos y pide al Señor, tu Dios, por este pequeño resto que somos nosotros, ya que de tantos como éramos hemos quedado pocos, como estás viendo con tus propios ojos. (Jeremías 42, 2)

  • El profeta Jeremías les contestó: "Os he oído. Yo pediré al Señor, vuestro Dios, conforme a vuestros deseos. Cualquier cosa que el Señor os responda yo os la comunicaré, sin ocultaros nada". (Jeremías 42, 4)

  • Ellos dijeron a Jeremías: "Que el Señor sea testigo fidedigno y fiel contra nosotros, si no hacemos todo lo que el Señor, tu Dios, nos mande decir por medio de ti. (Jeremías 42, 5)

  • Diez días después fue dirigida a Jeremías la palabra del Señor. (Jeremías 42, 7)

  • Cuando Jeremías terminó de decir al pueblo todas las palabras del Señor, su Dios, que el Señor le había encargado decirles -todas las palabras precedentes-, (Jeremías 43, 1)

  • Azarías, hijo de Maasías; Juan, hijo de Carej, y todos los hombres altivos y rebeldes dijeron a Jeremías: "Tú nos dices mentira. No ha sido el Señor, nuestro Dios, el que te ha enviado a decir: No vayáis a Egipto para vivir allí, (Jeremías 43, 2)


“Nunca se canse de rezar e de ensinar a rezar.” São Padre Pio de Pietrelcina