Talált 142 Eredmények: Jeremías

  • Luego Jeremías dio esta orden a Baruc: "Yo tengo un impedimento y no puedo ir al templo del Señor. (Jeremías 36, 5)

  • Baruc, hijo de Nerías, ejecutó exactamente lo que le había ordenado el profeta Jeremías. Leyó en el templo las palabras del Señor contenidas en el libro. (Jeremías 36, 8)

  • Entonces Baruc leyó en el libro las palabras de Jeremías. Era en el templo del Señor, en la sala de Gamarías, hijo del secretario Safán, en el vestíbulo superior, a la entrada de la puerta nueva del templo del Señor. Todo el pueblo podía oír. (Jeremías 36, 10)

  • Entonces los dignatarios dijeron a Baruc: "Ve y escóndete, con Jeremías: que nadie sepa dónde estáis". (Jeremías 36, 19)

  • Luego el rey ordenó al príncipe Yeragmeel, a Serayas, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, prender a Baruc, el secretario, y a Jeremías, el profeta. Pero el Señor los había escondido. (Jeremías 36, 26)

  • Después que el rey quemó el libro con las palabras escritas por Baruc al dictado de Jeremías, la palabra del Señor fue dirigida al profeta Jeremías en estos términos: (Jeremías 36, 27)

  • Jeremías, pues, tomó otro libro y se lo entregó a su secretario Baruc, hijo de Nerías, el cual escribió en él, al dictado de Jeremías, todas las palabras del libro que había quemado Joaquín, rey de Judá. Fueron añadidas además otras muchas del mismo género. (Jeremías 36, 32)

  • Pero ni él, ni sus servidores, ni el pueblo del país escucharon las palabras que el Señor pronunció por medio del profeta Jeremías. (Jeremías 37, 2)

  • El rey Sedecías mandó a Yucal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, a decir al profeta Jeremías: "Ruega por nosotros al Señor, nuestro Dios". (Jeremías 37, 3)

  • Por entonces Jeremías andaba con libertad en medio del pueblo, pues todavía no había sido encarcelado. (Jeremías 37, 4)

  • Entonces el Señor dirigió a Jeremías esta palabra: (Jeremías 37, 6)

  • Jeremías quiso salir de la ciudad para dirigirse a la tierra de Benjamín a hacer las reparticiones del aprovisionamiento entre los suyos. (Jeremías 37, 12)


“É loucura fixar o olhar no que rapidamente passa”. São Padre Pio de Pietrelcina