Salmos, 94
22. Pero el Señor es para mí una ciudadela, mi Dios es la roca donde me refugio.
22. Pero el Señor es para mí una ciudadela, mi Dios es la roca donde me refugio.
“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina