Salmos, 94
22. Pero el Señor es para mí una ciudadela, mi Dios es la roca donde me refugio.
22. Pero el Señor es para mí una ciudadela, mi Dios es la roca donde me refugio.
“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina