Salmos, 136
9. la luna y las estrellas para presidir la noche, porque es eterno su amor.
9. la luna y las estrellas para presidir la noche, porque es eterno su amor.
El Salmo 136 es una canción de alabanza que celebra la grandeza y la bondad de Dios a través de los siglos, desde la creación del mundo hasta la liberación del pueblo de Israel desde Egipto. Los temas principales son la fidelidad de Dios, su poder creativo y su intervención salvadora en la historia de su pueblo. A continuación hay cinco versos relacionados con estos temas:
Génesis 1:1-2: "Al principio, Dios creó los cielos y la tierra. La tierra no tenía forma y vacía; había oscuridad sobre la cara del abismo, y el Espíritu de Dios rondaba las aguas". Este versículo habla del poder creativo de Dios, que se menciona varias veces en el Salmo 136, especialmente en los versos que hablan de la creación del cielo y la tierra, luminarias y animales.
Deuteronomio 7:9: "Sabrás que el Señor tu Dios es Dios, el Dios fiel, que mantiene el pacto y la misericordia a mil generaciones para quienes lo aman y mantienen sus mandamientos". Este versículo destaca la fidelidad de Dios, que es un tema central en el Salmo 136 y se menciona repetidamente en los versos que afirman que su amor dura para siempre.
Salmo 135:6: "Todo lo que el Señor desea, él hace, en el cielo y en la tierra, en los mares y en todo abismo". Este versículo enfatiza la soberanía de Dios sobre todas las cosas, incluidos los elementos de la naturaleza y los poderes cósmicos, un tema que también se aborda en el Salmo 136 en los versos que hablan de la intervención divina en los milagros de Éxodo.
Isaías 43:2: "Al pasar por las aguas, estaré contigo, y los ríos, no te sumergirán; cuando camines por el fuego, no te quemarás, ni la llama se quemará en ti". Este versículo habla de presencia y protección divina, que son temas presentes en el Salmo 136, especialmente en los versos que describen la liberación de la gente de Israel de Egipto y la conducción divina a través del desierto.
Jeremías 32:17: "¡Ah! Señor Dios, he aquí, has hecho el cielo y la tierra con tu gran poder y tu brazo extendido. Nada es demasiado difícil para ti". Este versículo refuerza el tema del poder de Dios, que se exalta en el Salmo 136 en los versos que hablan de su mano fuerte y su brazo extendido para actuar a favor de su pueblo.
“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina
