Fundar 392 Resultados para: agua de purificación

  • Así aquel cedro superó en altura a todos los árboles del campo; crecieron sus ramas sin cuento, su ramaje se alargaba por la abundancia de agua que junto a él corría. (Ezequiel 31, 5)

  • para que ningún árbol plantado al borde del agua se engría por su altura ni levante su copa por entre las nubes, y para que no confíen en sí mismos y en su altura cuantos son regados por las aguas. Pues todos ellos están destinados a la muerte, a la morada subterránea, entre los hijos del hombre, entre los que bajan a la fosa. (Ezequiel 31, 14)

  • "Hijo de hombre, entona una elegía sobre el Faraón, rey de Egipto. Le dirás: ¡León entre las gentes, ya estás aniquilado! Eras como un cocodrilo en el agua, agitabas los ríos con el soplo de tus narices, enturbiabas las aguas con tus patas, removías sus corrientes. (Ezequiel 32, 2)

  • ¿No os basta pacer en buenos pastos para que pisoteéis el resto del pasto? ¿No os basta beber el agua limpia para que enturbiéis el resto con los pies? (Ezequiel 34, 18)

  • Os rociaré con agua pura y os purificaré de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos. (Ezequiel 36, 25)

  • la gloria del Dios de Israel llegaba a la parte de oriente. Su ruido era como el ruido de una masa de agua, y la tierra resplandecía de gloria. (Ezequiel 43, 2)

  • Tomarás de su sangre y rociarás los cuatro cuernos del altar, los cuatro ángeles del zócalo y el bordillo que rodea la base. Ésta será la purificación del altar y su expiación. (Ezequiel 43, 20)

  • Durante siete días se hará la purificación del altar; lo purificarán y lo inaugurarán. (Ezequiel 43, 26)

  • Después me llevó a la entrada del templo. Allí, bajo el umbral del templo, brotaba agua en dirección este, pues la fachada del templo miraba al este. Estas aguas se deslizaban de debajo del costado derecho del templo, al sur del altar. (Ezequiel 47, 1)

  • El hombre salió en dirección este y con un cordel que llevaba en la mano midió quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta los tobillos. (Ezequiel 47, 3)

  • Midió otros quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta las rodillas; midió quinientos más, y me hizo atravesar otra vez el agua; me llegaba hasta la cintura; (Ezequiel 47, 4)

  • midió, por fin, otros quinientos. Era ya un río que no podía atravesar, pues el agua había crecido y sólo se podía pasar a nado. (Ezequiel 47, 5)


“Mesmo a menor transgressão às leis de Deus será levada em conta.” São Padre Pio de Pietrelcina