6. Por eso la Maldición devora la tierra y sus habitantes soportan la pena; por eso se consumen los habitantes de la tierra y no quedan más que unos pocos.





“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina