1. Si ete mujeres agarrarán a un hombre, en aquel día, diciendo: "Comeremos nuestro propio pan y nos vestiremos con nuestra ropa, con tal de llevar tu nombre: ¡borra nuestra afrenta!".

2. Aquél día, el germen del Señor será la hermosura y la gloria de los sobrevivientes de Israel, y el fruto del país será su orgullo y su ornato.

3. Entonces, el resto de Sión, los sobrevivientes de Jerusalén, serán llamados santos: todos ellos estarán inscritos para la vida, en Jerusalén.

4. Cuando el Señor lave la suciedad de las hijas de Sión y limpie a Jerusalén de la sangre derramada en ella, con el soplo abrasador del juicio,

5. él creará sobre toda la extensión del monte Sión y en su asamblea, una nube de humo durante el día, y la claridad de un fuego llameante durante la noche. Porque la gloria del Señor, en lo más alto de todo, será un reparo

6. y una choza, para dar sombra contra el calor durante el día, y servir de abrigo y refugio contra la tempestad y la lluvia.






“É preciso amar, amar e nada mais”. São Padre Pio de Pietrelcina