23. Salomón fue a descansar con sus padres, dejando después de él a uno de su estirpe, al más insensato del pueblo, un hombre sin inteligencia: a Roboám, que arrastró al pueblo a la rebelión.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina