1. No te fíes de tus riquezas ni digas: "Con esto me basta".

2. No dejes que tu deseo y tu fuerza te lleven a obrar según tus caprichos.

3. No digas: "¿Quién podrá dominarme?", porque el Señor da a cada uno su merecido.

4. No digas: "Pequé, ¿y qué me sucedió?", porque el Señor es paciente.

5. No estés tan seguro del perdón, mientras cometes un pecado tras otro.

6. No digas: "Su compasión es grande; él perdonará la multitud de mis pecados", porque en él está la misericordia, pero también la ira, y su indignación recae sobre los pecadores.

7. No tardes en volver al Señor, dejando pasar un día tras otro, porque la ira del Señor irrumpirá súbitamente y perecerás en el momento del castigo.

8. No te fíes de las riquezas adquiridas injustamente: de nada te servirán en el día de la desgracia.

9. No te dejes llevar por todos los vientos ni vayas por cualquier camino: así obra el pecador que habla con doblez.

10. Sé firme en tus convicciones y que tu palabra sea una sola.

11. Está siempre dispuesto a escuchar y sé lento para responder.

12. Si sabes, responde a tu prójimo; de lo contrario, quédate callado.

13. Las palabras traen gloria o deshonor, y la lengua del hombre puede provocar su caída.

14. Que no tengan que llamarte chismoso, y no seas insidioso al hablar, porque la vergüenza pesa sobre el ladrón y una severa condena sobre el que habla con doblez.

15. No faltes ni en lo grande ni en lo pequeño, y de amigo, no te vuelvas enemigo,






“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina