Gefunden 564 Ergebnisse für: nadie

  • como el encuentro se produjo en el campo, tal vez la joven pidió auxilio, pero no había nadie que la socorriera. (Deuteronomio 22, 27)

  • Nadie tomará en prenda un molino de mano y ni siquiera la piedra movible del molino, porque ello sería tomar en prenda la vida de una persona. (Deuteronomio 24, 6)

  • Tus cadáveres serán pasto de todas las aves del cielo y de todos los animales de la tierra, y no habrá nadie que los espante. (Deuteronomio 28, 26)

  • y andarás a tientas en pleno día, como anda a tientas un ciego, envuelto en la oscuridad. Nunca verás realizados tus proyectos; serás oprimido y despojado constantemente y nadie saldrá en tu defensa. (Deuteronomio 28, 29)

  • Tu buey será degollado delante de tus ojos y no lo podrás comer. Tu asno será arrebatado de tu misma presencia y no te lo devolverán. Tus ovejas serán entregadas a tus enemigos y nadie saldrá en tu defensa. (Deuteronomio 28, 31)

  • El Señor te hará volver en barcos a Egipto, por ese camino del que yo te dije: "No lo volverás a ver". Allí, ustedes se venderán a sus enemigos como esclavos y esclavas, pero nadie querrá comprarlos. (Deuteronomio 28, 68)

  • Miren bien que yo, sólo yo soy, y no hay otro dios junto a mí. Yo doy la muerte y la vida, yo hiero y doy la salud, y no hay nadie que libre de mi mano. (Deuteronomio 32, 39)

  • Iesurún, no hay nadie como Dios, que cabalga por los cielos para venir en tu ayuda, y por las nubes, lleno de majestad. (Deuteronomio 33, 26)

  • Él mismo lo enterró en el Valle, en el país de Moab, frente a Bet Peor, y nadie, hasta el día de hoy, conoce el lugar donde fue enterrado. (Deuteronomio 34, 6)

  • Mientras vivas, nadie resistirá delante de ti; yo estaré contigo como estuve con Moisés: no te dejaré ni te abandonaré. (Josué 1, 5)

  • Al enterarnos de eso, nuestro corazón desfalleció, y ya no hay nadie que tenga ánimo para oponerles resistencia, porque el Señor, su Dios, es Dios allá arriba, en el cielo, y aquí abajo, en la tierra. (Josué 2, 11)

  • Cuando todos los reyes de los amorreos que ocupaban la región situada al oeste del Jordán y todos los reyes de los cananeos que estaban junto al mar, oyeron que el Señor había secado las aguas del Jordán delante de los israelitas, hasta que ellos pasaron, su corazón desfalleció y nadie tuvo ánimo para oponerles resistencia. (Josué 5, 1)


“Temos muita facilidade para pedir, mas não para agradecer”. São Padre Pio de Pietrelcina