Bíblia Católica
 

Sirácides (Eclesiástico), 3

5. Sus propios hijos serán la alegría del que respeta a su padre; el día en que le implore, el Señor lo atenderá.

Versículos relacionados com Sirácides (Eclesiástico), 3:

Eclesiástico 3 aborda el tema de las relaciones familiares y sociales, ensalzando la sabiduría que debería guiar la conducta de las personas en sus relaciones. Los versos seleccionados son:

Proverbios 15:33: "El miedo al Señor es la enseñanza de la sabiduría, y la humildad precede al honor". Este versículo enfatiza la importancia del miedo a Dios y la humildad para la adquisición de la sabiduría, una de las principales virtudes exaltadas en Eclesiástico 3.

Proverbios 22:6: "Indique al niño de acuerdo con los objetivos que tiene para ella, e incluso a lo largo de los años no se desviará de ellos". Este versículo destaca la responsabilidad de los padres en la formación de niños, un tema que se trata en detalles eclesiásticos 3.

Proverbios 20:11: "Incluso un niño muestra lo que es correcto para lo que hace, la forma en que actúa si su conducta es pura y correcta". Este versículo señala que la conducta de las personas puede revelar su sabiduría o tontería, una de las ideas centrales en Eclesiástico 3.

Proverbios 10:1: "Hijo sabio feliz el padre; el hijo tonto entristece a la madre". Este versículo destaca la alegría y la tristeza que los niños pueden causar a sus padres de acuerdo con su conducta, un tema recurrente en Eclesiástico 3.

Proverbios 18:24: "Hay amigos que conducen a la ruina, y hay amigos más cercanos que un hermano". Este versículo apunta a la importancia de las relaciones sociales, un tema que se trata en varios momentos en Eclesiástico 3, especialmente con respecto a la forma en que las personas deben relacionarse con sus familias y amigos.





“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina