32. Más que por Yazer, lloro por ti, ¡oh viña de Sibma! Tus sarmientos se alargaban más allá del mar y alcanzaban hasta Jazer. Sobre tu cosecha y tu vendimia, ha caído el destructor.





“Apóie-se, como faz Nossa Senhora, à cruz de Jesus e nunca lhe faltará conforto”. São Padre Pio de Pietrelcina