15. Pero el sacerdote Yehoyadá ordenó a los jefes de centuria, que mandaban la fuerza: "¡Sacadla de las filas y matad al que la siga!". Porque el sacerdote había dicho: "Que no la maten en el templo del Señor".





“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina