Bíblia Católica
 

Isaías, 18

5. Pues antes de la vendimia, pasada la floración, cuando la flor se hace uva que madura, entonces cortará los sarmientos con la podadera, arrancará y tirará los pámpanos.

Versículos relacionados com Isaías, 18:

Isaías 18 se ocupa de la visión profética de Isaías sobre Etiopía. El capítulo comienza con una descripción de la tierra que está habitada por una gente alta y delgada que vive a lo largo de las orillas de los ríos. Entonces el Profeta habla sobre el mensaje que Dios tiene al pueblo etíope y cómo se entregará este mensaje. Los siguientes versos están relacionados con los temas abordados en Isaías 18:

Salmo 68:31: "Los príncipes vendrán de Egipto; Etiopía pronto se extenderá a Dios sus manos". Este versículo indica que Etiopía buscará a Dios y se volverá hacia él.

Jeremías 46:9: "Sube, oh caballos; ¡oh, oh autos de guerra! Salga, soldados: hombres de Cush and Putde que ejercen escudos y hombres de Lydia que manejan arcos y flechas". Este versículo se refiere a los ejércitos etíopes que fueron llamados a luchar.

Salmo 105:23: "Entonces Israel fue a Egipto, y Jacob vivió como extranjero en la tierra de Cam". Este versículo se refiere al hecho de que Etiopía también se conoce como la tierra de CAM.

Amós 9:7: "¿No eres para mí como hijos de los etíopes, o israelitas? Declara al Señor". Este versículo indica que Dios considera a los etíopes tan preciosos como los israelitas.

Sophons 3:10: "Desde más allá de los ríos de Etiopía, mis fieles, mi dispersión, me traerán ofertas". Este versículo se refiere a los adoradores de Dios de Etiopía que le traerán ofertas.





“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina