17. y David dijo a Dios: "¿No soy yo quien ordenó el censo del pueblo? Yo soy quien ha pecado y ha obrado mal; pero estos otros, el rebaño, ¿qué han hecho? Señor, Dios mío, que tu mano caiga sobre mí y mi familia, pero que el pueblo se vea libre del castigo".





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina