Fondare 161 Risultati per: Treinta

  • David quitó de la cabeza de Milcón la corona de oro, que pesaba treinta y cuatro kilos; y la piedra preciosa que había en ella fue puesta en la corona de David. El botín que tomó en la ciudad fue inmenso. (I Crónicas 20, 2)

  • Yo mismo con mi trabajo he podido reunir para el templo del Señor tres mil cuatrocientas toneladas de oro, treinta y cuatro mil toneladas de plata y una cantidad incalculable de bronce y de hierro. He preparado también madera y piedra, a la cual tú añadirás más. (I Crónicas 22, 14)

  • Se hizo el censo de los levitas mayores de treinta años; contados uno a uno, resultaron treinta y ocho mil. (I Crónicas 23, 3)

  • Éste es el Benayas que pertenecía a los treinta héroes; estaba al frente de los treinta y de su clase. Hijo suyo era Amizadab. (I Crónicas 27, 6)

  • cien mil kilos de oro de Ofir, doscientos treinta y cinco mil kilos de plata finísima para revestir las paredes de las salas; (I Crónicas 29, 4)

  • Reinó cuarenta años: siete en Hebrón, y treinta y tres años en Jerusalén. (I Crónicas 29, 27)

  • Los cimientos puestos por Salomón para el templo de Dios tenían treinta metros de largo y diez de ancho. (II Crónicas 3, 3)

  • El grosor de la pila era de veintidós centímetros, y su borde era como el de una copa en forma de flor de loto; cabían unos ciento treinta y cinco mil litros. (II Crónicas 4, 5)

  • No hubo guerra hasta el año treinta y cinco del reinado de Asá. (II Crónicas 15, 19)

  • El año treinta y seis del reinado de Asá, Basá, rey de Israel, atacó Judá y fortificó Ramá para cortar las comunicaciones a Asá, rey de Judá. (II Crónicas 16, 1)

  • El año treinta y nueve de su reinado enfermó gravemente de los pies, y tampoco en su enfermedad confió en el Señor, sino en los médicos. (II Crónicas 16, 12)

  • Josafat reinó sobre Judá. Tenía treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco en Jerusalén. Su madre se llamaba Azubá, y era hija de Siljí. (II Crónicas 20, 31)


“Deus é servido apenas quando é servido de acordo com a Sua vontade.” São Padre Pio de Pietrelcina