I Samuel, 29

3. Dijeron los jefes de los filisteos: «¿Qué hacen estos hebreos?» Akís respondió a los jefes de los filisteos: « Es David, el servidor de Saúl, el rey de Israel; ha estado conmigo un año o dos y no he hallado nada contra él desde el día en que vino a mí hasta hoy.»

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1 Samuel 29 narra la historia de David para luchar contra los filisteos, pero ser rechazado por los líderes filistinos. David, que se escondió de los israelitas entre los filisteos, fue considerado un aliado de ellos, pero los otros filisteos no confiaron en él lo suficiente como para dejar que peleara con los israelitas a su lado. Los versos relacionados con los temas abordados en 1 Samuel 29 son:

Proverbios 29:25: "El miedo al hombre armará los lazos, pero lo que confía en el Señor será puesto en una alta retirada". Los líderes filistinos temían que David cambiara a un lado en la batalla y, por lo tanto, estableciera un vínculo para que no pudiera luchar contra ellos.

Salmo 118:8-9: "Es mejor confiar en el Señor que confiar en el hombre. Es mejor confiar en el Señor que confiar en los príncipes". David confió en el Señor para protegerlo, incluso cuando los líderes filistinos lo rechazaron.

2 Corintios 6:14: "¿No te adjuntas a un yugo desigual con los no creyentes; porque la sociedad tiene justicia con injusticia? ¿O qué comunión tiene la luz con la oscuridad?" David, que era un siervo de Dios, no debería haberse aliado a los filisteos, que eran enemigos del pueblo de Dios.

Filipenses 4:6-7: "No tengan ansiosos por nada; antes de que todos estén sus solicitudes conocidas ante Dios para la oración y la súplica con el Día de Acción de Gracias; y la paz de Dios, que excede toda comprensión, mantendrá sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús. " David podría haber estado ansioso por la situación en la que estaba, pero eligió confiar en Dios y dejar sus preocupaciones sobre él.

Proverbios 3:5-6: "Confía en el Señor de todo tu corazón y no agites en tu propio entendimiento. Lo reconoce en todos tus caminos, y él enderezará tus caminos". David confió en Dios para guiarlo en sus caminos y decisiones, incluso cuando parecían no tener sentido a los ojos de los hombres.

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