Talált 186 Eredmények: buenos frutos

  • Al borde del torrente, sobre sus dos orillas, crecerán árboles frutales de todas las especies. No se marchitarán sus hojas ni se agotarán sus frutos, y todos los meses producirán nuevos frutos, porque el agua sale del Santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de remedio". (Ezequiel 47, 12)

  • Él gritaba con fuerza y decía: ‘Derriben el árbol y corten sus ramas, arranquen sus hojas y dispersen sus frutos; que huyan los animales de debajo de él y los pájaros, de sus ramas. (Daniel 4, 11)

  • Israel era una viña exuberante, que producía su fruto. Cuanto más se multiplicaban sus frutos, más multiplicaba él los altares; cuanto mejor le iba al país, mejores hacía él las piedras conmemorativas. (Oseas 10, 1)

  • ¡No teman, animales del campo! Los pastizales de la estepa han reverdecido, los árboles producen sus frutos, la higuera y la viña dan sus riquezas. (Joel 2, 22)

  • El Señor me hizo ver esto: Había una canasta de frutos maduros. (Amós 8, 1)

  • Y él me preguntó: "¿Qué ves, Amós?". Yo respondí: "Una canasta de frutos maduros". El Señor me dijo: "Mi pueblo Israel está maduro para su fin, ya no voy a perdonarlo más". (Amós 8, 2)

  • Yo cambiaré la suerte de mi pueblo Israel; ellos reconstruirán las ciudades devastadas y las habitarán, plantarán viñedos y beberán su vino, cultivarán huertas y comerán sus frutos. (Amós 9, 14)

  • Por eso, por culpa de ustedes, el cielo ha retenido el rocío y la tierra ha rehusado sus frutos. (Ageo 1, 10)

  • Yo les espantaré la langosta, para que no destruya los frutos de la tierra y la viña no les quede estéril en el campo, dice el Señor de los ejércitos. (Malaquías 3, 11)

  • así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. (Mateo 5, 45)

  • Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? (Mateo 7, 16)

  • Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos. (Mateo 7, 17)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina